martes, 6 de agosto de 2013

Henrik Nordbrandt





Sueño sobre ejecución



Me puse en una fila de personas

que exactamente igual que yo

no descubrieron hasta demasiado tarde

que estaban haciendo cola para ser ejecutados.

Por lo demás, hasta entonces, el ambiente había sido excelente.

Habíamos intercambiado cuentos y chistes

repartido cigarrillos y las botellas habían pasado de mano en mano

y el tiempo era estupendo

ni demasiado frío ni demasiado caluroso.

Al verme ante el verdugo le indiqué:

Yo soy el inventor

del aparato que está usando

y hasta podría traerle el número de la patente

si simplemente espera un poco.

Pero no me sirvió de nada.

Mi cabeza salió volando

tras lo que me quedé un ratito mirando

cómo decapitaban

a los que habían estado detrás de mí en la cola.

Todo recién ejecutado exclamaba lo mismo

que por cierto también habían sido  mis

primeras palabras en el más allá:

<< ¡Cómo se puede ser tan tonto!

¡Cómo se puede ser tan tonto!>>

de esa manera un sueño

con la ventana abierta de par en par hacia los ruiseñores

y una vela encendida en la mesilla de noche

me proporcionó una nítida imagen sobre

la situación del hombre.



Henrik Nordbrandt



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