lunes, 29 de diciembre de 2014

César Vallejo (poemas póstumos)





HOY LE HA ENTRADO UNA ASTILLA.

Hoy le ha entrado una astilla cerca, dándole
cerca, fuerte, en su modo
de ser y en su centavo ya famoso.
Le ha dolido la suerte mucho,
todo;
le ha dolido la puerta,
le ha dolido la faja, dándole
sed, aflixión
y sed del vaso pero no del vino.
Hoy le salió a la pobre vecina del aire,
a escondidas, humareda de su dogma;
hoy le ha entrado una astilla.

La inmensidad persíguela
a distancia superficial, a un vasto eslabonazo.
Hoy le salió a la pobre vecina del viento,
en la mejilla, norte, y en la mejilla, oriente;
hoy le ha entrado una astilla.
¿Quién comprará, en los días perecederos, ásperos,
un pedacito de café con leche,
y quién, sin ella, bajará a su rastro hasta dar luz?
¿Quién será, luego, sábado, a las siete?
¡Tristes son las astillas que le entran
a uno,
exactamente ahí precisamente'
Hoy le entró a la pobre vecina de viaje,
una llama apagada en el oráculo;
hoy le ha entrado una astilla.

Le ha dolido el dolor, el dolor joven,
el dolor niño, el dolorazo, dándole
en las manos
y dándole sed, aflixión
y sed del vaso, pero no del vino.
¡La pobre pobrecita!


César Vallejo  (poemas póstumos)



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viernes, 26 de diciembre de 2014

BALANCE INCONCLUSO DE UNA VIDA DESORDENADA / PEDRO ATIENZA




Se fue y aquí queda, en sus versos. Mañana no hay tanto tiempo como parece. No hace falta leer a Kavafis para darse cuenta de que enseguida se hace tarde. La semana pasada compartíamos sobre nuestro lugar en el mundo en versos que él publicaba en facebook. Voy a echar en falta sus versos, sus me gusta y sus abrazos.

Miguel Sánchez-Ostiz



BALANCE INCONCLUSO DE UNA VIDA DESORDENADA

A quienes la cruzaron conmigo
Hoy quiero resarcirme del olvido
ir evocando cosas en desorden
que ellas mismas se troquen en el orden
del caos supremo del tráfago vivido

La casa solariega de la infancia
y mi abuelo durmiendo en la solana
el sonido en la charca de la rana
y la alfalfa señal de la abundancia

Las peleas de chicos a pedradas
y mi padre muriendo poco a poco
su cara descompuesta ya de loco
con la morfina entrando en andanadas

Mi madre recosiendo pantalones
cegada por el sol o en el ocaso
abnegada mujer a cielo raso
que sembraba la tierra en sus hondones

Los patios de Alcalá que ahora me ignoran
donde besé a una chica y tuve fiebre
escapando después como una liebre
pues supe que los besos también lloran

La noche de Madrid en los ochenta
ahíta de mandanga y de farlopa
y aquella casa donde ya sin ropa
un revolver por poco me revienta

Y los frises con cascos y con porra
corriendo a un grupo imberbe y desarmado
y en la espalda el disparo amoratado
que el alcohol a mansalva ya no borra

Los nidos de gorrión pisoteados
y la paga esperada de domingo
los pellizcos robados y el respingo
de mis fieles amigos alarmados

La radio los poemas el trabajo
enredados en duelos y alegría
y así pasando un día y otro día
deshaciendo la vida desde abajo

Los amores confusos y prolijos
carnales alevosos y dolientes
y los instintos puros que clementes
hacen que me confunda con mis hijos

Y al final y al principio está la muerte
en el vanal balance de mí mismo
la muerte de los míos y el abismo
que espera en cualquier parte esa es mi suerte

A cierta edad ya no hay cronología
tan sólo los recuerdos que se alzan
y en el olvido puro nos alcanzan
para que arda tu genealogía.


PEDRO ATIENZA
(Del libro “Cuaderno de la sierra”, de próxima aparición)




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martes, 23 de diciembre de 2014

William Stevens





Extractos de discursos ante la Academia de las Bellas Ideas

1

Un papel arrugado hace un sonido brillante.
Las rosas estrujadas tintinean, las de papel,
y el oído es cristal sobre el que se lanzan los ruidos,
las rosas falsas: comparen la rosa callada del sol
y la lluvia, la rosa-sangre que vive en su olor,
con este papel, este polvo. He ahí el asunto.

Señores

es un mundo artificial. La rosa
de papel pertenece a la naturaleza de su mundo.
El mar es muchas palabras escritas; el cielo
es azul, nítido, nublado, alto, oscuro, ancho y redondo;
las montañas se transcriben en los muros.
Y, por lo demás, la rosa lluviosa pertenece
a los hombres desnudos, a las mujeres desnudas como la lluvia.

¿Dónde está aquel verano tan caliente que uno podía caminar
entre los venenos lascivos, libre de ellos,
y en qué refugio podremos, desnudos,
estar más allá del conocimiento de la desnudez, como parte
de la realidad, más allá del conocimiento de lo que
es real, parte de una región más allá de la mente?

La lluvia es una urania insoportable. El sol
cría monstruos, un ojo, sólo un ojo,
formador de formas sólo para el ojo,
de cosas no mejores que las cosas de papel, de días
que son días de papel. Lo falso y lo verdadero son lo mismo.


William Stevens




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sábado, 20 de diciembre de 2014

Sharon Olds





Regreso a mayo 1937 / Sharon Olds


Los veo, de pie, en la entrada principal de sus universidades.
Veo a mi padre
andar bajo el arco ocre de piedra arenisca,
las losas rojas destellan como platos
de sangre inclinados detrás de su cabeza,
veo a mi madre con algunos libros livianos en su cadera,
detenida en el pilar hecho de pequeños ladrillos
con la reja de hierro dulce, todavía abierta detrás de ella,
sus puntas de espada negra en el aire de mayo;
están a punto de graduarse, a punto de casarse,
son chicos, son tontos, todo lo que saben
es que son inocentes, que nunca lastimarían a nadie.
Yo quiero ir hacia ellos y decirles: alto,
no lo hagan, ella es la mujer equivocada,
él es el hombre equivocado, van a hacer cosas
que nunca imaginaron serían capaces de realizar,
van a hacer maldades a los niños,
van a sufrir en formas de las que nunca habían escuchado,
van a querer morir. Quiero ir
hacia ellos en la luz solar del fin de mayo y decirlo,
la cara bonita, en blanco y hambrienta de ella volviendo hacia mí,
su cuerpo hermoso, lamentable y sin tocar,
la cara arrogante y apuesta de él volviendo hacia mí,
su cuerpo hermoso, lamentable y sin tocar,
pero no lo hago. Quiero vivir.
Los tomo como a muñecos de papel
macho y hembra y los golpeo entre sí
en las caderas como esquirlas de piedra
que encendieran chispas, les digo
hagan lo que van a hacer, yo lo contaré. 


Sharon Olds

Traducción de Guadalupe Ángela



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miércoles, 17 de diciembre de 2014

César Vallejo ( TRILCE)





LXXII

Lento salón en cono, te cerraron, te cerré,
aunque te quise, tú lo sabes,
y hoy de qué manos penderán tus llaves.
Desde estos muros derribamos los últimos
escasos pabellones que cantaban.
Los verdes han crecido. Veo labriegos trabajando,
los cerros llenos de triunfo.
Y el mes y medio transcurrido alcanza
para una mortaja, hasta demás.
Salón de cuatro entradas y sin una salida,
hoy que has honda murria, te hablo
por tus seis dialectos enteros.
Ya ni he de violentarte a que me seas,
de para nunca; ya no saltaremos
ningún otro portillo querido.
Julio estaba entonces de nueve. Amor
contó en sonido impar. Y la dulzura
dió para toda la mortaja, hasta demás.

César Vallejo ( TRILCE)


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domingo, 14 de diciembre de 2014

CINCO POEMAS PARA CRIS / Julio Cortázar

"la poesía sigue siendo la mejor posibilidad humana de operar un encuentro que nadie describió mejor que Lautréamont y que puede hacer del hombre el laboratorio central de donde alguna vez saldrá lo definitivamente humano, a menos que antes no nos hayamos ido todos al quinto carajo".

JULIO CORTÁZAR






CINCO POEMAS PARA CRIS 


Oh, I wish I had a river
I could skate away on-
Canción de JONI MITCHELL


... and I am melancholy because
I have not made more and
better verses.
W. B. YEATS, Autobiography


1.

Ya mucho más allá del mezzo
camin di nostra vita
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
sin espumas ni sábanas ni muslos.

Todo se cumple en un reflejo de crepúsculo
tu pelo tu perfume tu saliva.
Y allí del otro lado te poseo
mientras tú juegas con tu amiga
los juegos de la noche.


2.

En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los hubiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras.


3.

Sé muy bien lo que ganas
cuando te pierdes en el goce.
Porque es exactamente
lo que yo habría sentido.


4.

-----------------------------------------
La justa errata
habernos encontrado al final del día
en un paseo púbico.
-----------------------------------------


5.

(Me gustaría que creyeras
que esto es el irrisorio juego
de las compensaciones
con que consuelo esta distancia.
Sigue entonces danzando
en el espejo de otro cuerpo
después de haber sonreído
apenas
para mí).

Julio Cortázar





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jueves, 11 de diciembre de 2014

Emily Dickinson






Tantas veces creí que las paz había llegado
Cuando la paz estaba aún muy lejos-
Como los náufragos -creen avistar la tierra-
En el medio del mar-

Y ceden en su empeño -solo para probar
Tan desesperadamente como yo-
Cuántas costas ficticias hay-
Antes de llegar al puerto.


Emily Dickinson

Versión: Isaías Garde

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lunes, 8 de diciembre de 2014

Jan Skácel / Dos poemas





Un segundo de enero

Frágil como una cortecita, el día está en silencio.
En su interior el sol, blanco todo blanco.
Y aun la nieve es blanca, los árboles, los tejados, la nieve.
Y aun este segundo, es blanco este momento.






La  guerra

Llueve Mi ropa está empapada
No así mi corazón Cantan los soldados
Y cargan sus armas como básculas
Como las mujeres los pechos magros por el hambre

Con pequeñas puntadas la lluvia cose
El lienzo de la camisa contra el cuerpo desnudo
Las gotas salpican en el lago
Y yo no puedo creer esas palabras



Jan Skácel (Vnorovy, Moravia, 1922- Brno,1989), Teresa Amy, “La más larga de las noches”, antología de poemas de Jan Skácel, Un huésped en casa. Memorias de una traducción, Editorial Yaugurú, Montevideo, 2013
Envío de Jonio González




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viernes, 5 de diciembre de 2014

John Berger




Cuando abro la cartera
para enseñar el carné
para pagar algo
o para consultar el horario de trenes
te miro.

El polen de la flor
es más viejo que las montañas
Aravis es joven
para ser una montaña.

Los óvulos de la flor
seguirán desgranándose
cuando Aravis, ya vieja,
no sea más que una colina.

La flor en el corazón
de la cartera, la fuerza
de lo que vive en nosotros
sobrevive a la montaña.

Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos.


John Berger



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martes, 2 de diciembre de 2014

"Solución" / Bertolt Brecht




"Solución"


"Tras la sublevación del 17 de Junio
la Secretaria de la Unión de Escritores
hizo repartir folletos en el Stalinallee
indicando que el pueblo
había perdido la confianza del gobierno
y podía ganarla de nuevo solamente
con esfuerzos redoblados. ¿No sería más simple
en ese caso para el gobierno
disolver el pueblo
y elegir otro?"

Bertolt Brecht



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sábado, 29 de noviembre de 2014

Julio Vélez




1        Pájaros de los vientos que, en sueño reparador de espesura,
          me traéis el aliento codiciado, locura del cuerpo que en mí    
busca su clausura.

2        Búsquete en mis heridas la raspadura oscura de la arena, las fuentes dormidas que en sutil, alada pena, nace lluvias y volcanes serena.

3        Ciervos heridos, fuente nocturna como el arco y su flecha que, en vuelo potente, a ciervo y luces estrecha bajo la sombra del monte que acecha.

4        Entre claro y en niebla, como piedra de relámpago negro que en el agua se empuebla en paz y hermoso íntegro, suéñote entre desnuda y en suave alegro.

5        Saciemos, amado, la fruta en su raíz más oculta. Que en luz el cedro eleve su altura hacia la interior gruta y agrandemos su fuente leve: magma de peces que sobre su océano llueve.

6        En mi amado logro contento y en mis cerros y huertos logra mi amado su cumbre. El árbol roza sus sustento y sacia la sed de la lumbre que, en sol y bosques de luces, trueca su herrumbre.


Julio Vélez


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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Nuestras derrotas no demuestran nada / Bertolt Brecht




Nuestras derrotas no demuestran nada


Cuando los que luchan contra la injusticia
muestran sus caras ensangrentadas,
la incomodidad de los que están a salvo es grande.

¿Por qué se quejan ustedes?, les preguntan.
¿No han combatido la injusticia? Ahora
ella los derrotó.
No protesten.

El que lucha debe saber perder
El que busca pelea se expone al peligro.
El que enseña la violencia
no debe culpar a la violencia.

Ay, amigos.
Ustedes que están asegurados,
¿por qué tanta hostilidad?
¿Acaso somos
vuestros enemigos los que somos
enemigos de la injusticia?

Cuando los que luchan contra la injusticia
están vencidos,
no por eso tiene razón la injusticia.

Nuestras derrotas lo único que demuestran
es que somos pocos
los que luchan contra la infamia.
Y de los espectadores, esperamos
que al menos se sientan avergonzados.


Bertolt Brecht



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domingo, 23 de noviembre de 2014

Vegetaciones / Pablo Neruda





Vegetaciones


A LAS TIERRAS sin nombres y sin números
bajaba el viento desde otros dominios,
traía la lluvia hilos celestes,
y el dios de los altares impregnados
devolvía las flores y las vidas.
En la fertilidad crecía el tiempo.
El jacarandá elevaba espuma
hecha de resplandores transmarinos, la araucaria de lanzas erizadas
era la magnitud contra la nieve, el primordial árbol caoba desde su copa destilaba sangre, y al Sur de
los alerces, el árbol trueno, el árbol rojo,
el árbol de la espina, el árbol madre, el ceibo bermellón, el árbol caucho, eran volumen terrenal,
sonido,
eran territoriales existencias.
Un nuevo aroma propagado llenaba, por los intersticios de la tierra, las respiraciones
convertidas en humo y fragancia:
el tabaco silvestre alzaba
su rosal de aire imaginario.
Como una lanza terminada en fuego
apareció el maíz, y su estatura
se desgranó y nació de nuevo, diseminó su harina, tuvo
muertos bajo sus raíces, y, luego, en su cuna, miró crecer los dioses vegetales.
Arruga y extensión, diseminaba
la semilla del viento
sobre las plumas de la cordillera, espesa luz de germen y pezones,
aurora ciega amamantada por los ungüentos terrenales
de la implacable latitud lluviosa,
de las cerradas noches manantiales, de las cisternas matutinas. Y aún en las llanuras como láminas del
planeta,
bajo un fresco pueblo de estrellas, rey de la hierba, el ombú detenía el aire libre, el vuelo rumoroso y
montaba la pampa sujetándola con su ramal de riendas y raíces.
América arboleda,
zarza salvaje entre los mares, de polo a polo balanceabas, tesoro verde, tu espesura.
Germinaba la noche en ciudades de cáscaras sagradas, en sonoras maderas, extensas hojas que
cubrían
la piedra germinal, los nacimientos. Útero verde, americana
sabana seminal, bodega espesa, una rama nació como una isla, una hoja fue forma de la espada, una
flor fue relámpago y medusa, un racimo redondeó su resumen, una raíz descendió a las tinieblas.


Pablo Neruda  (Canto General)



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jueves, 20 de noviembre de 2014

Alejandra Pizarnik / Endechas




Endechas

I

El lenguaje silencioso engendra fuego. El silencio se propaga, el silencio es fuego.

Era preciso decir acerca del agua o simplemente apenas nombrarla, de modo de atraerse la palabra agua para que apague las llamas del silencio.

Porque no cantó, su sombra canta. Donde una vez sus ojos hechizaron mi infancia, el silencio al rojo rueda como un sol.

En el corazón de la palabra lo alcanzaron; y yo no puedo narrar el espacio ausente y azul creado por sus ojos.


II

Con una esponja húmeda de lluvia gris borraron el ramo de lilas dibujado en su cerebro.

El signo de su estar es la enlutada escritura de los mensajes que se envía. Ella se prueba en su nuevo lenguaje e indaga el peso del muerto en la balanza de su corazón.


III

Y el signo de su estar crea el corazón de la noche.

Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas, se emparentarán los vivos y los muertos.

Aprisionada: no has sabido prever que su final iría a ser la gruta a donde iban los malos en los cuentos para niños.

Aprisionada: deja que se cante como se pueda y se quiera. Hasta que en la merecida noche se cierna la brusca desocultada. A exceso de sufrimiento exceso de noche y de silencio.


IV

Las metáforas de asfixia se despojan del sudario, el poema. El terror es nombrado con el modelo delante, a fin de no equivocarse.


V

Y yo sola con mis voces, y tú, tanto estás del otro lado que te confundo conmigo.



Alejandra Pizarnik
En Extracción de la piedra de la locura


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lunes, 17 de noviembre de 2014

Los mundos me escribieron un libro... / Julio Vélez








1         Los mundos me escribieron un libro
con el que siempre he intentado conversar a solas.

2       He poblado
las cuevas vacías de mi infancia con las letras de todos los
alfabetos. Me rociaron el cuerpo con las cáscaras podridas
de los plátanos maduros.
Sentí el
dolor en su raíz más mía y odié las ventanas cerradas
y el óxido de las celdas oscuras.
He llorado mis desgracias
entre los ojos de mis amigos
y mis lágrimas besaron algunos labios en los que aún vivo.

3       Los libros me hicieron un mundo
al que he intentado que éste se pareciera.


Julio Vélez



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jueves, 13 de noviembre de 2014

Julia Kristeva







Por la boca
que lleno con palabras,
ya no con mi madre,
a la que hoy extraño
más que nunca,
elaboro esto que quiero
y la agresividad
que lo acompaña
al decir.


Julia Kristeva



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